Lino Javier Calderón
En un trabajo comparativo, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), el organismo destaca que el impacto de la crisis global ha sido muy elevado sobre la economía mexicana, aunque socialmente es menor al que derivó del desplome de 1995.
El organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), indica que en 1995 se perdieron 815 mil puestos de trabajo formales y en 2009 sólo 171 mil, incluso al sumar los empleos perdidos durante 2008, la cifra es de 201 mil.
Asimismo, mientras el poder adquisitivo del salario mínimo se contrajo 14 por ciento en 1995, en 2009 tuvo una ganancia de 1.0 por ciento, señala en su publicación semanal 'Análisis económico ejecutivo'.
El organismo de investigación del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) destaca que el entorno para 2010 parece favorecer el crecimiento y existen factores que podrían apoyar la recuperación.
El crecimiento que registró la economía de Estados Unidos en la segunda mitad de 2009, tras cuatro trimestres consecutivos con caídas, contribuyó para que la actividad económica en México también mostrara señales de un mejor desempeño en los últimos meses del año.
En ese lapso, algunos indicadores mostraron ya resultados positivos, como el repunte de las exportaciones, la producción automotriz, las ventas y la creación de 324 mil empleos entre julio y noviembre, lo que mantiene la posibilidad de que la economía mejore y pueda lograr, según los especialistas, un repunte de 3.0 por ciento en 2010.
De acuerdo con el reporte, a pesar de que algunas calificadoras han reducido la calificación de la deuda soberana de México, la confianza de los inversionistas en el exterior parece mantenerse elevada, lo cual podría significar que los flujos de inversión volvieran a elevarse en este año.
Las señales que apuntan a ello son las inversiones que tienen previstas algunas empresas automotrices (Fiat y Ford), y otras como Bombardier. Sin embargo, aclara el CEESP, para Estados Unidos el entorno presenta también algunos riesgos que se deben tener presentes.
Entre ellos, la posibilidad de que en el corto plazo se den por terminados los estímulos fiscales y monetarios, que de hacerse antes de que la economía fortalezca los motores del crecimiento se corre el riesgo de recaer en una atonía de la actividad.
El organismo privado estima que los retos para México no son triviales, pero el principal, sin duda, es lograr tasas de crecimiento de 6.0 por ciento, y para alcanzar este objetivo se requiere de la creación de un ambiente de negocios que facilite el desarrollo de empresas y personas.
Para lograrlo, es necesario contar con un entorno de certeza jurídica, desregulación y competencia, pero además, es claro que se deben concretar las reformas estructurales como la fiscal, del Estado, laboral, educativa y energética.
Sin ello, el país seguirá teniendo un magro desempeño, inhibiendo una mejora en el nivel de vida de la población, advierte.
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