jueves, 10 de abril de 2014

¡A CACHAZOS!

A cachazos

Raúl Ma­cías, Foto: Luis A. Barrera

Co­mo de Ri­pley, y es que un par de su­je­tos que se de­di­can al asal­to de cuen­ta­ha­bien­tes, ayer se lle­va­ron el "chas­co" de su vi­da, cuan­do se le acer­ca­ron a unas per­so­nas que se en­con­tra­ban abor­dan­do el ve­hí­cu­lo en que via­ja­ban y les exi­gie­ron lo que "ha­bían re­ti­ra­do del ban­co", pe­ro co­mo real­men­te fue­ron a ha­cer un de­pó­si­to, en­co­le­ri­za­dos los aga­rra­ron a gol­pes.

Es­te he­cho se re­gis­tró ayer en las afue­ras de la su­cur­sal ban­ca­ria que se lo­ca­li­za en Con­gre­so de la Unión y el Eje 3 Sur de la Co­lo­nia Ja­mai­ca, pe­rí­me­tro de la De­le­ga­ción Ve­nus­tia­no Ca­rran­za. Las per­so­nas le­sio­na­das, un se­ñor de la ter­ce­ra edad, su hi­ja y un ami­go, de quie­nes no se pro­por­cio­na­ron sus nom­bres, lle­ga­ron a la ne­go­cia­ción cre­di­ti­cia a rea­li­zar un de­pó­si­to a su cuen­ta.

Mi­nu­tos des­pués de que hi­cie­ron la tran­sac­ción se di­ri­gie­ron has­ta el ve­hí­cu­lo del se­ñor, mis­mo que se en­con­tra­ba en el es­ta­cio­na­mien­to del ban­co. Ape­nas se en­con­tra­ban por abor­dar el au­to, cuan­do dos su­je­tos que em­pu­ña­ban unas pis­to­las se les acer­ca­ron pa­ra exi­gir­les que les en­tre­ga­ran to­do el di­ne­ro que "re­ti­ra­ron", pe­ro les di­je­ron que no hi­cie­ron nin­gún re­ti­ro.

Co­mo es­to les mo­les­tó y es que ellos pen­sa­ban que se tra­ta­ba de una fuer­te can­ti­dad, los co­men­za­ron a agre­dir, y fue al adul­to ma­yor a quien le die­ron un gol­pe con la pis­to­la en la ca­be­za, pe­ro pe­se a ello les vol­vió a re­pe­tir que se equi­vo­ca­ban, que ellos fue­ron so­la­men­te a rea­li­zar un de­pó­si­to, lo que en­co­le­ri­zó más al par de ham­pon­ce­tes que frus­tra­dos por su "show­sa­zo" tam­bién agre­die­ron a la jo­ven.

Al ver que de esa su­cur­sal ban­ca­ria se iban en blan­co, el par de su­je­tos se re­ti­ró del lu­gar, de­jan­do a las per­so­nas con al­gu­nas le­sio­nes. Clien­tes de ese lu­gar que se per­ca­ta­ron de los he­chos, die­ron avi­so a los uni­for­ma­dos que res­guar­dan ese ne­go­cio y és­tos pi­die­ron el apo­yo de los pa­ra­mé­di­cos pa­ra que fue­ran a brin­dar­les los pri­me­ros au­xi­lios, y se re­por­tó que las le­sio­nes no eran de gra­ve­dad.

La jo­ven fue su­bi­da a la am­bu­lan­cia al su­frir una cri­sis ner­vio­sa, mien­tras que al se­ñor, los pa­ra­mé­di­cos de la Cruz Ro­ja le pa­ra­ron el san­gra­do que te­nía en la ca­be­za, he­ri­da que le fue oca­sio­na­da por uno de los ham­po­nes con un gol­pe pro­por­cio­na­do con la ca­cha de la pis­to­la que lle­va­ba.