lunes, 7 de junio de 2010

Crimen organizado, amenaza para México: Calderón

Crimen organizado, amenaza para México: Calderón
*Encabezó el jefe del Ejecutivo vigésimo aniversario de la CNDH
Lino Calderón

El crimen organizado es la principal amenaza contra la vida, la libertad, el patrimonio, la integridad física, el estado de derecho y los derechos humanos afirmó ayer el presidente Felipe Calderón, al señalar que el Ejército sigue escrupulosamente las recomendaciones de la CNDH.
Al encabezar el acto conmemorativo del XX aniversario de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, dijo que a su gobierno le preocupa el accionar de los delincuentes y que por ello emprendió una lucha frontal contra esta fuente palmaria de violación.
"Este enemigo es hoy el crimen organizado, y lo digo bajo mi absoluta responsabilidad, es la principal amenaza no sólo al estado de derecho sino al ejercicio de las libertades y los derechos humanos de mexicanos y migrantes", dijo.
El titular del Ejecutivo calificó de irracional y absurda la violencia generada por esos grupos y señaló que es fundamental entenderlo para crear una nueva etapa para el país en la protección de las libertades y los derechos humanos.
Por mucho tiempo, incluyendo aquel 1990 en que se creó la CNDH, apuntó, el crimen organizado se centraba en una sola actividad: el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, para lo cual únicamente buscaba controlar ciertas carreteras, ciertas rutas de tránsito y algunos puntos fronterizos con ese país.
Sin embargo, añadió, a mediados de la década pasada los criminales comenzaron a diversificar su actividad, y no sólo querían exportar a Estados Unidos, sino colocar su propia droga y generar un mercado de consumo entre niños y jóvenes mexicanos.
Lo anterior, puntualizó el primer mandatario de la nación, supuso una nueva estrategia por parte de ellos para controlar mercados aquí, a través del control de territorios.
Explicó que por eso en su lucha contra otros grupos que buscaban el mismo territorio, comenzó a crecer en México y de manera notable, no sólo el número de hechos violentos, sino también el grado y la ferocidad de la violencia.
Indicó que para dominar esos territorios y mercados, los criminales tuvieron que hacer sentir su fuerza para intimidar a sus rivales, para paralizar a las autoridades y para aterrorizar a la sociedad.
Reconoció que la expansión territorial del crimen organizado, tomó por desgracia desprevenidas a muchas instituciones de seguridad pública y de procuración de justicia en el país, particularmente a nivel municipal, donde un grupo de ocho o 12 policías, muchas veces sin armas, fueron incapaces de hacerles frente.
"Coincide, por cierto, que en el 2004, en Estados Unidos, se liberó de manera irresponsable la venta de rifles de asalto y armas de alto poder, de alto poder balístico, que fueron vendidas masivamente a estos criminales", manifestó.
De esta manera, dijo, estos grupos, que buscaron apoderarse del control de pueblos y ciudades, grandes y pequeñas, lo lograron en algunos casos, prácticamente sin encontrar resistencia, incluso, muchas veces, al cobijo de la complicidad.
Calderón subrayó que asumidos en un principio como dueños de plaza como cualquier mafia del mundo, extorsionaron a otros delincuentes y se quedaron con sus rentas.
Por eso, destacó, comenzaron también a robar, a extorsionar o a secuestrar gente honesta, y esto es el fenómeno que yo he percibido y que encontré al inicio de esta administración.
Resaltó que por todo ello, apuntó, su convicción de actuar con decisión, determinación y firmeza en defensa de la sociedad y en defensa de la seguridad de la población.
"Por eso, es este esfuerzo, el despliegue, en el que el estado usa su poder de coacción para poder hacer valer la ley y para poder hacer respetar los derechos de los más indefensos", indicó.
El Presidente de la República expuso que como Estado mexicano se requiere hacer valer los derechos humanos, no sólo frente a los órganos de poder mismo, sino frente a cualquier circunstancia que los violente.
Y qué duda cabe, añadió, que la mayor amenaza la constituye ese poder fáctico que siega la vida de inocentes, que asalta, que extorsiona, que secuestra, que coarta la libertad, lo mismo de un periodista, que de un ganadero y que de un migrante.
"Por esa razón lo hacemos y lo hacemos, debemos hacerlo, al mismo tiempo, bajo la consigna de actuar contra quienes atentan contra los derechos humanos, sin violentar a nuestra vez los derechos humanos. Por eso, estamos actuando y trabajando en varias áreas".
Para finalizar, Calderón manifestó que su gobierno ha sido totalmente escrupuloso para que las Fuerzas Armadas sigan las observaciones dictadas por la CNDH en la locha que libra contra el crimen organizado.