jueves, 26 de marzo de 2009

(ANALISIS) Paraísos fiscales: enigma de las finanzas internacionacionales (III)

Paraísos fiscales: enigma de las finanzas internacionacionales (III)
Suiza es el principal mercado de euro-obligaciones, cualquiera que sea su moneda de emisión. Foto: Archivo / El Sol de México
Tercera y última parte
Organización Editorial Mexicana
26 de marzo de 2009

Carlos Siula / Corresponsal

París, francia.- Los paraísos fiscales no constituyen un fenómeno nuevo ni una preocupación reciente. Desde hace años, Europa y Estados Unidos tratan de combatir o por lo menos circunscribir el perímetro de ese flagelo.

"Si Europa no es capaz de curar el cáncer que la corroe, jamás podrá tener una vida económica sana", advirtió Jacques Delors en 1988, cuando lanzó la primera campaña de la UE contra los paraísos fiscales.

El mismo año, el presidente norteamericano George Bush (padre) prometió una cruzada similar, destinada a luchar contra el narcotráfico. Pero esas buenas intenciones sólo sirvieron para agregar nuevas lajas al camino del infierno. Veinte años después, la crisis demostró que la actividad de los paraísos fiscales dentro y fuera de Europa comenzaba a convertirse en una grave amenaza para la estabilidad de la economía mundial.

* Una nueva estrategia

"Hasta el momento, nos limitamos a usar armas livianas. A partir de ahora, soy partidario de recurrir a la artillería pesada", comentó hace pocas semanas el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.

Para lanzar esa ofensiva, Strauss-Kahn cuenta con la determinación anunciada por la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Nicolas Sarkozy y, sobre todo, Barack Obama. En 2007, cuando era un simple senador, Obama firmó el Stop Tax Haven Abuses Act (Detengan los abusos de los paraísos fiscales), un proyecto de ley destinado a limitar la evasión fiscal, que le provoca al Tesoro una pérdida de recaudación de unos 100 mil millones de dólares, según un informe del Senado norteamericano. La hemorragia es de 20 mil a 25 mil millones en Alemania y de 10 mil a 15 mil millones en Francia.

* Protagonistas de guante blanco

La cumbre del 2 de abril aportará las primeras pistas concretas sobre el plan de ataque contra los paraísos fiscales. Pero, desde ahora, gobiernos y economistas coinciden en la necesidad de regular la actividad de los fondos especulativos (hedge funds) que, su gran mayoría (80 por ciento), operan desde la penumbra jurídica que ofrecen esos refugios.

Otro serio motivo de preocupación son los grandes consultores internacionales, en particular los Big Four: KPMG, Ernst & Young, PricewaterhouseCoopers y Deloitte Touche Tohmatsu.

Ese tipo de empresas, que opera a la vez como verificadores de cuentas y consejeros de inversiones, monopolizan el mercado de las 500 multinacionales más poderosas del planeta. KPMG, por ejemplo, tiene en las islas Caimán un gabinete de 240 personas. Las otras tres también están presentes.

* Terminar con la hipocresía

La tercera pista que estudia el G20 es terminar con la ambigüedad y la hipocresía del sistema bancario. La mayoría de los grandes bancos que se acogieron a los planes de rescate organizados por los gobiernos de Estados Unidos y Europa tienen una enorme red de filiales en los centros offshore, incluyendo los de peor reputación. "No es normal que los bancos que salvamos de la quiebra sigan trabajando en los paraísos fiscales", bramó recientemente Sarkozy.

El arma de destrucción masiva sería prohibir todo tipo de transacciones con los paraísos que figuran en las listas negras de la OCDE o del GAFI. Pero, por el momento, nadie se atreve a patear el hormiguero por temor a crear un caos incontrolable que podría desestabilizar por largo tiempo las finanzas internacionales.

UNA LEYENDA QUE DESLUMBRA

Cuando pasean por el centro de Zurich, Berna o Ginebra, los turistas ignoran que caminan sobre auténticas montañas de lingotes de oro. A cuatro metros de profundidad debajo de las aceras, protegido por un sistema de blindaje, existe un universo desconocido de cajas de seguridad que concentran la mayor riqueza del planeta. A medida que los cofres comenzaron a ser desbordados por las riquezas que afluían de los cinco continentes, los bancos debieron construir cajas fuertes subterráneas que se extendieron progresivamente por el subsuelo hasta formar un gigantesco laberinto de Alí Babá debajo de las calles.

Esa leyenda -verídica, pero probablemente exagerada- traduce con fidelidad la asombrosa seducción que ejerce el sistema bancario helvético sobre las fortunas errantes, inseguras o especulativas: como si tuviera el poder de un imán, Suiza atrae entre 15 y 20 por ciento de los capitales que transitan por el circuito financiero internacional.

"No debe existir ningún lingote de oro o billete de dólar que no haya pasado alguna vez por un banco suizo", conjeturó Charles Goldfinger en su libro Las geofinanzas (*).

Además de las fortunas en lingotes, divisas extranjeras y obras de arte que atesoran sus cajas de seguridad -imposibles de evaluar con precisión-, Suiza es una de las principales plazas financieras internacionales, como demuestran tres estadísticas suficientemente elocuentes:

-Y desde 1978, las obligaciones emitidas en francos suizos son más importantes que las obligaciones en dólares. En total, Suiza emite anualmente obligaciones por valor de unos 200 mil millones de dólares.

-Y Suiza es el principal mercado de euro-obligaciones, cualquiera que sea su moneda de emisión.

-Y sus carteras de inversiones y cuentas fiduciarias superan los 350 mil millones de dólares, según las estimaciones -bastante imprecisas- del BRI (Banco Internacional de Pagos).

(*) Aunque parezca increíble, Goldfinger -que significa dedo de oro en inglés- es el verdadero nombre del autor, un economista doctorado en la universidad de Berkeley (California).

COMO EN UN FILME DE SERIE B

Muchos evasores que depositan su dinero en Anguilla, Saint-Kitts & Nevis o Sam Vicente & Granadinas resultarían decepcionados si conocieran el verdadero rostro que presentan algunos paraísos fiscales del trópico.

Anguilla, publicitada muchas veces como la City de las Antillas, es -precisamente- un ejemplo exacto de las sorpresas que pueden deparar algunos paraísos fiscales del Caribe: el centro financiero de esa isla está concentrado en una calle sin asfaltar de 500 metros de largo, que parece extraída de un filme del far west.

En ese decorado anacrónico funcionan más de 5 mil empresas y un centenar de bancos que fueron autorizados a operar libremente después de pagar una inscripción de mil dólares.

Aunque no siempre el decorado es deprimente, la ausencia de transparencia es el rasgo dominante de la mayoría de los paraísos fiscales que funcionan en esas islas del Caribe, ocupadas hasta el siglo XVIII por corsarios y piratas, y que -en los últimos años- se convirtieron en el territorio privilegiado que utilizan los filibusteros de las finanzas modernas.

En medio de ese escenario de una mediocre película de serie B, sólo dos o tres países o territorios presentan un interés real desde el punto de vista fiscal y financiero: entre los más atractivos, junto con Bermudas y las Bahamas, figuran las islas Caimán, donde hay 268 bancos -uno por cada 73 habitantes-, 140 trusts, 780 compañías de seguro "cautivas", 50 mil empresas y 9 mil 600 hedge funds norteamericanos, incluyendo algunos pesos pesados del sector como Paulson & Co, Centaurus y GLG Partners(1). En todo caso, esa isla de 260 kilómetros cuadrados es la quinta plaza financiera mundial, por la cual transitan cada dos años 2 billones de dólares. Esa cifra equivale a la vigésima parte del PIB mundial que resulta de las contabilidades nacionales legales. Pero esos 2 billones forman parte de la economía negra hasta lograr reinsertarse en el circuito después de ser sometidos al proceso de money laundering.

"En 15 días y con 1 dólar es posible crear un hedge fund que puede operar en los mercados internacionales", asegura Raymond Baker, director de la asociación Global Financial Integrity.

La novela La firma, de John Grisham, ofrece un claro ejemplo de cómo un grupo de abogados inmorales utiliza las islas Caimán para blanquear dinero de la mafia.

Las Vírgenes Británicas, con una población de 21.730 personas, es la sede de 619.916 empresas, que representan dos tercios de todas las sociedades offshore que existen en el mundo.

El resto de los paraísos fiscales y bancarios que existen en esa región son extremadamente dudosos: por lo general, sólo sirven como eslabón de una larga cadena, deliberadamente creada para disimular el origen de fondos turbios u ocultar la identidad del operador.

El riesgo de operar en esas islas -donde no hay seguridad ni garantías de moralidad- es que el paraíso puede transformarse en un infierno.

(1) El otro polo de concentración de los fondos especulativos en Jersey, que concentra más bien las empresas europeas, es la isla de Jersey.