Martín Aguilar
Los niños del siglo XXI necesitan desarrollar competencias como la creatividad, autonomía, la flexibilidad y el emprendimiento.
Durante la trasmisión del Programa, Del Pasado al Futuro, conducido por Rosalía Buaun y Tony Mancuso, acompañados por el Director Editorial de las revistas, Cúspide y Liberal Metropolitano, tuvieron como invitado al Lic. Eduardo Vergara Lope de la Garza, Director de México Creativo.
Lope de la Garza señaló que la gran novedad de nuestro tiempo es que el mundo no solo ha cambiado, sino que está en una situación de cambios acelerados. La sociedad que venía ya ha llegado, el futuro ya llegó y se llama incertidumbre.
El especialista comentó que el conocimiento es saber navegar por el océano de la incertidumbre apoyados en archipiélagos de certezas para formar un conjunto de valores-actitudes y capacidades-destrezas que ayuden a los estudiantes a tomar decisiones en su vida que les permitan aprender y seguir aprendiendo durante toda la vida, llegando a ser ciudadanos honestos y solidarios
Lope de la Garza afirmó que ese desafío lo debe asumir el niño, la familia y la escuela y a los niños hay que proporcionarles modelos educativos y diseños curriculares que posibiliten conseguir este fin es un aporte excelente y necesario para la escuela a futuro.
Aseveró que el contexto social mundial de este modelo ha cambiado aceleradamente desde el inicio del siglo XXI, porque cambia la sociedad, las relaciones entre personas, las necesidades humanas, etc. y todo esto implica a la educación. Si educamos hoy a los niños como les educamos ayer ¿no les estaremos educando para un mundo que ya no existe? ¿No les estaremos robando su futuro?
Esto quiere decir que si el escenario –el contexto del mundo– ha cambiado, las necesidades de los niños seran diferentes y hay que educarlos de forma diferente.
Dijo que en la sociedad de la información en la que los datos están a la distancia de un clic la escuela y los profesores han dejado de ser detentadores del conocimiento y los niños aprenden fuera del aula tanto o más que dentro de ella. Por eso necesitamos equipos educativos que gestionen una cultura escolar flexible e innovadora.
Lope de la Garza, aseguró que en esta situación es difícil establecer conexiones entre lo que el profesor quiere transmitir y lo que quieren y necesitan escuchar los niños.
Los ciudadanos y el hombre del siglo XXI viven en un problema casi insoluble; por una parte, tiene necesidad de relaciones constantes con sus semejantes, necesidad de contar con alguien que le pueda ayudar en los malos momentos y "está desesperado por relacionarse" y por otra vive con un sentimiento de inseguridad, desconfía de "estar relacionado", sobre todo si la relación es para siempre, señaló.
Agregó que las relaciones deben ser sometidas regularmente a una revisión para determinar si pueden continuar funcionando.
La consecuencia es sencilla: si usted quiere "relacionarse", será mejor que se mantenga a distancia; si quiere que su relación sea plena, no se comprometa ni exija compromiso, hay que mantener todas las puertas abiertas permanentemente para que los niños los entiendan y no se les dificulte a futuro.
Ya que el grado de complejidad es tan denso e impenetrable que un niño rara vez logra descifrarlo y desentrañarlo por sí solo.
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