lunes, 23 de enero de 2017

Sector privado pide tomar decisiones contundentes en favor de economía


Lino Calderón 

Es el momento de tomar decisiones contundentes y que vayan en línea con la fortaleza de la economía mexicana, en el actual contexto de cambio de gobierno en Estados Unidos, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Argumentó que es hora de que en conjunto el gobierno y el sector privado se concentren en realizar propuestas que contribuyan a enfrentar la situación que se avecina.
En su opinión, una posible ventaja sobre la política del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es que éste inicia su presidencia con un porcentaje considerablemente bajo en aceptación y que incluso dentro del Partido Republicano existen opiniones contrarias o más moderadas en cuanto a su programa.
Aunado a esto, en México hay consenso entre el sector público y el privado de la necesidad de trabajar conjuntamente para fortalecer la economía mexicana, menciona.
En este contexto, considera que México debe considerar la instrumentación de una política fiscal "espejo" con Estados Unidos, pues tendría un impacto importante y ayudaría a compensar los efectos de una decisión de ese tipo en ese país.
Responder en los mismos términos a la propuesta fiscal del presidente de Estados Unidos no es una idea descabellada, señala.
Así, bajar la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR) en México y elevar o generalizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) pueden ser medidas necesarias, precisa en su publicación semanal "Análisis económico ejecutivo".
Refiere que las ideas de Trump se centran en un ambicioso programa de infraestructura que requerirá de una enorme cantidad de recursos privados que podrían no fluir como se tiene previsto, sobre todo porque de dos terceras partes de los condados que no votaron por él concentran 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Una de las versiones del programa de Trump también se centra en el tema fiscal, en especial en una importante modificación del sistema tributario que pretende reducir la tasa del ISR de 35 a 20 por ciento y se podrá deducir la inversión de manera inmediata al ciento por ciento.
El organismo de investigación y análisis del sector privado apunta que esta modificación se complementa con un impuesto de ajuste en la frontera que exenta las exportaciones y grava las importaciones.
Refiere que con estas medidas se pretende cumplir con el objetivo de crear una gran cantidad de empleos, retener la inversión en Estados Unidos y recuperar la que está en el exterior a través de una política de amenazas en contra de las empresas que decidan seguir invirtiendo fuera del país, y en especial en México.
De acuerdo con el análisis de estas medidas hecho por muchos especialistas, la opinión unánime es que para lograr estos objetivos se tendrán serios obstáculos, además pueden propiciar serias fricciones en los mercados internacionales.
Estas sin duda llevarán a que muchos países tomen medidas para protegerse, lo que podría incidir negativamente en la evolución de la economía mundial, advierte el CEESP.
La apreciación del dólar que resulte de los efectos del impuesto de ajuste fronterizo, aunado al impacto que puede generar el hecho de propiciar que la inversión sea mayor al ahorro a través de su ambicioso programa de infraestructura, hará que el déficit en cuenta corriente se eleve de manera considerable.
No obstante, subraya, lo más relevante puede ser que la disminución de los ingresos tributarios como consecuencia de la reducción de impuestos será mucho mayor a la recaudación que se espera por concepto del impuesto fronterizo.
En opinión de algunos especialistas, apunta, este impuesto tiene la ventaja de generar importantes ingresos fiscales adicionales, que serían equivalentes a 0.6 por ciento del PIB, lo que en términos monetarios representan cerca de 120 mil millones de dólares al año.
Sin embargo, la disminución de 15 puntos en la tasa del impuesto sobre la renta podría restarle al total de recaudación unos 750 mil millones de dólares anuales, de tal manera que el efecto neto sería negativo.
El organismo privado afirma que esto pondría en serios problemas las finanzas gubernamentales de Estados Unidos, lo que elevaría los niveles de deuda del país, que ya es uno de los más endeudados del mundo.
"Sin duda, el escenario es complejo y nuestro país es el más afectado, por lo que es el momento de tomar decisiones contundentes y que vayan en línea con la fortaleza de la economía mexicana", señala.