domingo, 31 de julio de 2011

Acuerdo tentativo entre demócratas y republicanos

Acuerdo tentativo entre Demócratas y republicanos
*Avanzan en un pacto para evitar la quiebra de EE UU
*El líder demócrata en el Senado anuncia su apoyo al plan negociado por la Casa Blanca con los conservadores

Ambas formaciones alcanzaron un compromiso preliminar que trataban de remachar
El líder de la mayoría demócrata en el Senado de Estados Unidos, Harry Reid, anunció esta pasada madrugada su apoyo al plan para elevar el techo de la deuda que la Casa Blanca ha negociado con los líderes republicanos, según indicó su portavoz, Adam Jentleson. El senador aseguró que respaldará la propuesta si sus correligionarios en el Congreso la aprueban, matizó después el portavoz, Jentleson. Tanto el presidente de EE UU, Barack Obama, como el vicepresidente, Joe Biden, han tenido un papel activo en las conversaciones, que se intensificaron después de que los planes partidistas se estrellaran en el Congreso el viernes y el sábado.
Sin embargo, poco después de que Reid anunciara su apoyo a este compromiso alcanzado entre la Casa Blanca y los republicanos, la portavoz del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hechó de nuevo un jarro de agua fría a la complicada situación por la que atraviesa EE UU al señalar que los demócratas podrían no apoyar un acuerdo de última hora para subir el techo de deuda cuando se reúnan hoy. «Podría ser que no todos seamos capaces de respaldarlo, o incluso que ninguno lo apoye», apuntó Pelosi.
Mientras tanto, el Senado de EE UU había optado ayer por seguir debatiendo el plan de la deuda de Reid demócrata, lo que complicaba que su propuesta pudiera ser votada antes de la fecha crítica de mañana, día 2. Ese nuevo varapalo dejó como única vía para evitar la quiebra de EE UU la negociación bipartidista entre demócratas y republicanos para lograr un acuerdo in extremis sobre el aumento del techo de endeudamiento que satisfaga a ambas partes.
Al margen de esas conversaciones, Harry Reid no logró ayer en el Senado la mayoría de 60 votos -obtuvo 50 sufragios a favor y 49 en contra- que necesitaba para acabar con el debate y dar vía libre a la votación de su plan para elevar el techo de la deuda, que ya fue rechazado el pasado sábado en el pleno de la Cámara de Representantes.
Optimismo
Ese voto fue, sin embargo, un mero procedimiento legislativo que no valoraba aún el contenido de la propuesta de Reid y que queda en un segundo plano ante el compromiso que parece haberse logrado entre el Congreso y la Casa Blanca. El propio líder demócrata indicó tras la votación que tenía «esperanzas» y «confíanza» en que el acuerdo negociado entre el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y el Gobierno de Barack Obama pudiera «salir adelante». Por su parte, McConnell ratificó la existencia de ese principio de acuerdo entre el Congreso y la Casa Blanca, y aseguró que el plan definitivo para evitar que el país entre en cese de pagos mañana está «muy cerca».
Límite de deuda
En una entrevista, el senador republicano confió en que ese acuerdo se concretará «pronto», y adelantó que proyecta una reducción del déficit de tres billones de dólares en los próximos 10 años y que no contará con «ningún aumento de impuestos».
La cadena estadounidense ABC adelantó ayer que demócratas y republicanos habían alcanzado un compromiso preliminar para incrementar el límite de deuda hasta los 2,4 billones de dólares y que incluye un plan de recorte del gasto público en los próximos 10 años. Obama podría elevar el techo de deuda hasta la cantidad estipulada en dos fases, la primera ahora y la segunda, a finales de año. Cada incremento estaría sujeto a la aprobación del Congreso. Si el Legislativo decidiera contra la subida, el presidente podrá hacer uso de su veto para anular la desaprobación de esta Cámara.
El principal asesor político de la Casa Blanca, David Plouffe, dijo a la cadena ABC que ayer fue un día «crítico» para elevar el techo de la deuda, que ahora está en 14,3 billones de dólares, algo con lo que el Gobierno pretende zanjar las incertidumbres financieras antes de la apertura de las bolsas asiáticas.